Gane dinero desde casa

Digital currency exchanger rating

sábado, 22 de noviembre de 2014

Gretta



Ante los ojos de Thomas
Yo comenzaba a caminar mientras le hacía un ademán a Albsev para que nos siguiera sin dejar de encaminarnos hacia la salida, sintiendo como alguien posaba su mano sobre mi hombro izquierdo haciéndome voltear a ver de quien se trataba, encontrándome con el mismísimo gobernador a mi lado, el cual me soltaba con una amplia sonrisa.
—Sin duda un extraordinario abogado para la Heliea… un placer conocerte al fin, Ibrahim Lestinger.
Yo me detenía volteándome rápidamente mientras apretaba su mano con fuerza.
—El gusto es todo mío, señor. —Éste negaba con la cabeza mientras nos hacía caminar hacia la salida sintiendo el primer flash cerca de mi rostro, haciendo que mis pupilas se contrajeran de golpe cerrando los ojos a la vez que escuchaba la voz de la reportera soltarme, mientras me pegaba la grabadora cerca de la boca.
—Señor Lestinger… ¿puede decirme que se siente el haber ganado el juicio… nada más y nada menos que en contra del señor decano del colegio Baylor, Henrik Townsend?
El gobernador se apartaba de mí, y yo sintiendo deseos de mandarla a la mierda por haber interrumpido el momento que tanto había esperado, le espeté a la chica tratando de ser cortés.
—Me siento igual que cuando entré… el hombre que se vanagloria de la caída de otro es porque simplemente jamás se ha equivocado. —Al decir aquello Townsend pasaba justo por donde nos encontrábamos, observando como la mujer se le abalanzaba de golpe obstruyéndole el paso.
—Señor Townsend… díganos, ¿qué se siente el haber sido derrotado por un joven de tan solo diecisiete años?
Henrik suspiraba mirando de malas a la mujer, acercándome a ellos, siendo yo quien respondiera la pregunta de la atrevida rubia.
—El señor decano no perdió… simplemente creo que somos muy parecidos, ambos por demás tercos y perfeccionista en lo que nos compete…
Henrik volteaba a verme y yo le extendía la mano.
—Una tregua, señor Townsend… yo obtuve mi mascota y usted quinientos dólares que de seguro serán destinados para el colegio o la estación de policía… todos ganamos, ¿no le parece?
Él me miraba fijamente por unos segundos para luego estrechar mi mano escuchando el flash de la cámara de la periodista que se dispara dos veces en ángulos diferentes.
El hombre me soltaba la mano mientras alegaba.
—Espero que así sea, joven. Que tenga buen día.
El decano se retiraba mientras la rubia se enfocaba en mi pidiéndome una foto a solas cerca de la fachada de la entrada a los tribunales… yo me recostaba de la pared y ella lanzaba varios flashes para luego acercase a mí, mientras yo observaba como Drake, Orión y Albsev me esperaban conversando con el gobernador muy amenamente.
—Espero poder llegar a tener la exclusiva cuando un joven tan apuesto como tú logre la primera mención de abogado criminalista cuando cumplas tan solo veinte añitos… ya que con la inducción previa… esa astucia e inteligencia, de seguro en tres años logras tu mención… ¿No es así?
Yo sonreía mientras explicaba que debía retirarme y que ya lo pensaría si me iba por esa carrera o no, extendiéndole mi mano a la rubia la cual la tomaba con fuerzas acercándose a mí para darme un beso en la mejilla, a lo que yo le soltaba al oído.
—Cuando quieras la exclusividad de algo conmigo simplemente dime y con gusto te daré una noche enteramente exclusiva e inolvidable.
Yo me apartaba de ella, viendo su reacción, la cual me miraba fijamente para luego apretar sus labios tapándoselos disimuladamente con los dedos tratando de no quitarse el labial con la yema de estos, soltándome en un tono por demás divertido.
— ¡Caramba, caramba!... Miren al muchachito… sí que no se anda por las ramas.
Yo sonreía mientras ella proseguía.
—Puedo ser tu tía, niño. —A lo que yo le respondí pasándole por un costado posándome a sus espaldas soltándole en un tono seductor.
—Pero no lo eres, y yo tampoco soy un niño… puedo corroborarte eso cuando y donde lo desees hermosa… que tengas buen día.

Comencé a caminar sintiendo satisfacción ante lo que había hecho… de seguro la había descolocado y eso me encantaba… acariciaba mis labios de manera seductora hasta llegar donde Crow, tornando el rostro serio, observando que éste comenzaba a despedirse de Drake y los muchachos volteando a verme.


No hay comentarios:

Publicar un comentario