Capítulo 23
La caza… Conversación entre Edward, Jasper
y Emmett
A
ojos de Edward
Salimos los tres de la casa rumbo al bosque.
—¿Una carrera? —le pregunté a Emmett, pero este no
dijo nada, caminando tranquilamente, mientras observaba a Jasper, el cual me
miró haciéndome un ademán con la mano a modo de hacerme entender que debía
dejar que él se calmara solo.
Comencé a correr sintiendo que Jasper me seguía,
mientras Emmett se nos unió en la carrera, pasándome por un costado y
golpeándome con cierta brusquedad, haciéndome caer al suelo, después de
golpearme en contra de uno de los árboles.
Jasper se devolvió, saltando entre los árboles,
cayendo justo a mi lado y ayudándome a
levantarme, acotando por demás entretenido.
—Te está probando… no está molesto, ni te odia… no
siento eso en sus sentimientos, solo desea probar si aún eres un digno
contrincante y que no te has vuelto débil.
Sacudí mi ropa, comenzando a correr de nuevo,
intentando percibir sus pensamientos, encontrándole al fin unos cuantos
kilómetros al norte… retomando mi carrera en aquella dirección, mientras él se
alejaba aún más de mí.
Sus pensamientos eran completamente confusos… se
vislumbraba a él mismo cazando solo con Jasper, viéndome a mí jugando con Jacob
transformado en lobo a “lanzar la varita
de madera y traerla”.
No supe si reírme ante aquello o darle un puñetazo en
la cara, empezando a saltar nuevamente de árbol en árbol, divisando su
posición, donde se dispuso a saltar de un acantilado a otro, arrojando tres
árboles mas allá, caí sobre él a medio camino, haciendo que ambos cayéramos al
río.
Le pegué un puñetazo en la cara dejándolo tirado en el
río, saliendo nuevamente a todo galope en busca de alguna presa… estaba más
débil que él, ya que había aguantado más sed, pero no me iba a dejar ganar… a
Emmett le gustaban los juegos rudos y justo eso le iba a dar.
Jasper me alcanzó, notificándome mentalmente.
“Bien hecho, no le des
tregua”, y empujándome a
un lado salió como bólido, siguiéndole muy de cerca.
Contemplé una hermosa pantera negra a lo lejos… su
aroma era atrayente… sin duda me había hecho adicto al efluvio de los felinos,
observando como Jasper estaba listo para atacar.
Me encontraba fuera de control ante tanta sed
contenida, sintiendo como Emmett se comenzó a acercar, mientras la pantera
huía, intentando resguardar su vida, tomando a Emmett por el brazo, cogí
impulso de uno de los árboles, aventándole en contra de Jasper, haciendo que
ambos rodaran bruscamente, abalanzándome contra la gran pantera, arrebolcándome
con el enorme animal en el suelo, ante el impulso con el que me le había
lanzado sobre ella.
Clavé mis dientes en la nuca del feroz animal,
logrando que este rugiera ante el dolor, donde tan solo le entregué unos
cuantos segundos de sufrimiento y su vida se fue apagando por completo,
mientras bebí frenético toda su deliciosa sangre, dejándolo completamente seco.
Solté el animal, levantándome de golpe, y justo en ese
momento Emmett me lanzó uno de sus golpes, haciéndome caer de nuevo, mientras
Jasper nos miraba desde lejos.
Me levanté, y agazapándome, esperé a que lo intentara
nuevamente desde donde le observé tomar impulso, corriendo una vez más hacia mí
y yo hacía él, convirtiendo aquella colisión en un golpe seco y fuerte, el cual
resonó como un trueno, comenzando a forcejear como un par de búfalos en la
pradera.
—Las cosas no son como tú piensas, Emmett. —Pero mi
hermano me hizo una maniobra de lucha libre, tomándome por el cuello,
metiéndome el pie por detrás para hacerme caer al suelo, mientras Jasper trató
de calmar nuestros ánimos pero Emmett estaba completamente fuera de control
—No interfieras, Jas… —le exigió Emmett a Jasper, al
sentir que mi hermano infundió su don sobre él.
Jasper abrió los brazos a modo de rendición,
recostándose de uno de los árboles, cruzándose de brazos.
Emmett me mantuvo en el suelo ahorcándome, recordando
uno de los tantos entrenamientos con Jasper, alcé mis piernas, haciéndole una
tijereta sobre el cuello, arrojándole con fuerza al piso, siendo yo quien lo
tuviera ahora sometido contra el suelo.
—¿Te vas a calmar y me dejarás hablar o tendré que
darte una paliza? —Mi hermano alzó la mano a modo de derrota, dejando de
infundir presión con mis piernas sobre su cuello.
Me levanté y le ayudé a que se levantara de igual modo
del suelo, ofreciéndole mi mano mientras Jasper aplaudió mi maniobra.
Emmett me contempló serio, acercándome lentamente a
él, palmeándole el hombro.
—Deja de comportarte como un idiota… ¿quieres? —Él
bajó la cabeza mientras yo proseguía— Nada va a cambiar entre nosotros… ya te
lo he demostrado… y no me pasaré las veinticuatro horas del día sobre Jacob… el
necesita su espacio y yo el mío, además, debe de atender sus responsabilidades
con la manada.
Emmett asintió y Jasper sonrió de medio lado, mientras
yo pensaba en aquellas posibles
separaciones, ya que sin duda no escatimaría en pasar tiempo de calidad junto a
mi carrocho, pero lo menos que deseaba era asfixiarlo y hastiarlo de mí.
—Eso me alegra mucho, hermano —acotó Emmett dándome un
tremendo abrazo de oso, alzándome del suelo, volviendo a palmearle la espalda,
logrando al fin que me soltara, dejándome caer de pie al suelo.
—¿Puedo jugar a trae la varita con Jacob? —preguntó
Emmett de golpe, comenzando a caminar a mi lado, fulminándole con la mirada,
negando con la cabeza.
—Jacob no es una mascota, Emmett —respondí molesto.
—Pero Alice nos contó como tú lo marcaste como
propiedad de los Cullen.
Me detuve, observándole de un modo retador, mientras
Jasper simplemente tapó su boca para no reírse.
—Eso no significa que es nuestra mascota, ¡por
Dios!... quiero que lo respetes. —Mi hermano puso cara de acongojado, mientras
Jasper negó con la cabeza por demás divertido, entendiendo el porqué Rosalie lo
retaba tanto… Emmett se comportaba a veces como un niño grande y tal parecía
que no maduraría ni en un millón de años.
—¿No puedo ni pedirle la patica? —preguntó una vez más
en un tono aniñado, logrando que Jasper riera como jamás lo había hecho.
—¡Emmett ya basta! —Pero esta vez no era Emmett quien
hablaba sino Jasper.
—No puedes pedirle la patica al can, Emm… Edward ya se
la pidió.
Emmett soltó la carcajada de su vida, chocando las
palmas con Jasper, sin saber a ciencia cierta quién era peor… si Emmett con sus
juegos pesados o Jasper con sus sarcasmos.
—Eso sí que estuvo bueno —acotó Emmett, mientras yo
comencé a caminar rápidamente, intentando alejarme de ellos.
—Oye, Eddy… espéranos, contéstame algo… si ambos son
chicos… ¿cómo hacen para tener relaciones? —Jasper rió, respondiéndole al
entrometido de nuestro hermano.
—Por Dios, Emmett, usa tu imaginación —El aludido se
quedó pensando y luego respondió con una pregunta, sonriendo con picardía.
—¿Se van a soplar la trompeta mutuamente? —Jasper rió
asintiendo, a lo que yo volteé por demás molesto, completamente sacado de
control.
—Basta ustedes dos, quiero que me respeten a mí y a
Jacob, ¿está claro? —Ambos asintieron, tornando el rostro serio, comenzando
nuevamente a caminar hacía la casa, siendo Emmett quien argumentara de nuevo
entre susurros.
—Conociendo a mi hermano como lo conozco… Edward es
tan tímido que terminará siendo el pasivo. —Bufé por la nariz, por demás
molesto ante tanta jodedera de estos dos, sintiendo que cuando ellos dos se
juntaban era como unir el hambre con las ganas de comer, sabiendo de ante mano
que no se detendrían, y más aún, al saber que aquello me incomodaba, ya que eso
era su juego favorito, y el saber que mi pareja ideal resultó ser un hombre,
sería aún peor.
Comencé a correr de vuelta a la casa, donde ambos
muchachos me secundaron, entre juegos y bromas pesadas, volvimos a la casa
sintiendo que todo volvía a ser como antes entre mis hermanos y yo.
interesante
ResponderEliminar